Aún en obra, pero en estado avanzado, se divisan artesanos dedicados a terminar detalles que quedan por finalizar. Por cierto, un escenario sur real, de teatro, sin embargo nada es cartón, todo real, hierro forjado, murallas de piedra... ¿otro mundo?
¡Si! Es el mundo creado por idealistas, dispuestos a invertir toda su pasión ocupando artesanos capaces de realizar sueños. Todo lo contrario al usual negocio rápido que predomina en la mente del empresario corriente. Tal vez es esto lo que provoca el mayor asombro.
Sus creadores, la familia Gurriere-Grisoni de Mina Clavero, oriunda de Villa Carlos Paz. La obra es guiada por Arturo Grisoni como maestro de obra y su hermano Juan, quien proporciona los diseños de los faroles omnipresentes, distintivo de los locales de venta ya en funcionamiento. La construcción es avalada por la arquitecta carlospacense Victoria Szkolka.
Por sus características - las sorpresas no terminan hasta donde el cliente lo vé, hasta el deposito de insumos aparece coherente con su entorno. Este lugar no es un simple local de ventas o de producción, ciertamente se convertirá en un autentico punto de atracción turístico.
Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa
si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda
si puedes esperar y no cansarte en la espera o siendo engañado
no pagar con mentiras
todo odiado y no dar cabida al odio y no obstante no parecer
demasiado bueno.
Si puedes soñar no dejes que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
Si puedes encontrar con el triunfo y el desastre y tratar a estos dos
impostores
de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar una verdad que has dicho tergiversada por otros
para hacer una trampa para los necios
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con herramientas gastadas...
Si puedes hacer un amasijo con todos tus triunfos
y arriesgarlos a todos en una jugada de una vez y perder,
y comenzar de nuevo por el principio y no dejar escapar nunca
a una sola palabra sobre tu perdida
y puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza
excepto la voluntad que les dice ¡Continúen!
Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud o caminar entre
Reyes
y no cambiar tu forma de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear tu inexorable último minuto en recorrer una distancia
que valga la pena cada segundo,
tuya es la tierra y todo lo que hay en ella
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.
Rudyard Kipling (1895)